viernes, 7 de diciembre de 2012

Mi amor, si no quieres tener hijos esta bien, al fin yo todavía podré buscar una mujer más jóven que quiera tenerlos...

Tenía 30 años y una carrera profesional muy absorbente. Trabajaba miles de horas y lo que mas deseaba era poder dormir los fines de semana. Tenía casi 3 años viviendo con mi ahora esposo.
En realidad yo no sentía ese instinto de procrear hijos, era absolutamente felíz teniendo a mi sobrina y muy feliz de que mi hermana dejara que mi sobrina se quedara algún fin de semana conmigo.
Pensé que esa era el estado ideal de mi vida, hasta que comenzó la presión...
Mi esposo comprensivo empezó a hacer comentarios relativos a mi edad y los bebés.

Esta bien mi amor, si no quieres tener hijos, yo te apoyo, al fin yo puedo buscar una esposa más joven que quiera tener hijos.

No es que yo me negara rotundamente a la maternidad, era sólo que no tenía tiempo, ni sabía como organizar mi vida para darle lugar a que otra personita más viviera con nosotros ni mucho menos dependiera de nosotros.
Digo, si ambos pasabamos largas jornadas de trabajo, ¿Cómo haríamos para cuidar a un bebé?.
Mi esposo se volvía loco con los bebés y finalmente tomé la desición de empezar a planear la llegada del bebé.
Me tardé algo así como año y medio en la planeación, no se daba el momento perfecto de nuestras vidas para tener al bebé.
Estudie temperatura basal para elevar mis probabilidades de que tuviese una niña y seguia esperando el momento perfecto para tener al bebé.
Nunca se acomodaban los astros, la dieta,nunca podía tener dinero suficiente, no podía tener mi vida resuelta económicamente, no podía tener la casa de mis sueños, ni el trabajo de mis sueños que fuera perfecto para tener un bebé, pero el tiempo pasaba y yo sabía que si no lo tenía, pronto empezaría a coleccionar perritos y tal vez llegaría a viejita siendo la señora de los gatos. Eso me asustaba más que la idea del bebé.

Y bueno... por fin nos decidimos y llegó Sofi en el 2010.

¿Saben qué? Cuando tuve a Sofi, me di cuenta de que todos esos miedos a no saber como organizarte, a no saber si lo harás bien o mal, esa idea de que sin ellos estás mejor, ups, no era lo que yo hubiese querido para mí.
Desde el primer momento que vi a mis hijas, supe que yo había nacido para ser su mamá y que no hay algo más perfecto que yo haya logrado en mi vida que traer a mis hijas al mundo.

¿Es fácil? No, no es fácil, pero tampoco existe algo más maravilloso que tener esta experiencia con ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario